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Dreamer, el secreto de vivir soñando...

Riendo...

Riendo...

Hoy ha sido uno de esos días (después de unos cuantos ya), en el que a pesar de tener una terrible falta de visibilidad (espiritual. no física), las risas se han impuesto a las caras con sabor a limón más que ácido.

Ha sido genial, risas a carcajadas, de esas que dicen te hacen perder tantas calorías, de esas que no puedes contener, que dejas brotar con absoluta naturalidad y falta de discreción.

Increible la capacidad terapeútica que tiene la risa, que por momentos te ausenta de todos los quebraderos de cabeza que una y otra vez rondan por tu mente. Hoy a base de risas hemos eclipsado el estruendo de una lluvia que trataba de convertirnos a todos al color gris del cielo...

Un chiste en el momento más oportuno, una caída inesperada y una fiesta de globos imprevista pero más divertida que la que puede vivir ningun niño en el mundo, han sido el motivo. La excusa para sentirnos fatigados tras horas y horas de risa sin pausa.

Lágrimas, lágrimas de felicidad (después de tanto tiempo). Un día único sin duda para enmarcar, a pesar de la dureza de la tarea desempeñada, un dia único sin duda...

Aprovecho un día como esté para transcribir un texto de hace ya algún tiempo, pero que de igual manera que aquel día me sirvió, hoy me volvería a ser útil, y probablemente, mañana también. Este texto tiene su hueco inamovible entre mis himnos y filosofía de vida:

BIS - Si alguien pretende hacer útiles sus lágrimas, dejará de llorar...

Yo me acordaba de un día en que mi padre me había reñido y castigado no sabía ya por qué (uno de los dos o tres castigos en toda mi vida, que aunque escasos fueron intensos), y en que, llorando apoyado contra la pared de mi habitación de niño, quise llenar de lágrimas un zapato. Así –pensaba– podrían ver junto todo mi llanto. Pero lo malo fue que dejé de llorar en cuanto me propuse llorar más y contabilizarlo.

Voy a dejar de llorar porque quiero hacer útiles mis lágrimas, porque te desesperas cuando contabilizas tus penas.

Voy a dejar de llorar... y empezar a sonreír. - BIS

Felicidades a todos los que han reído sin frenos y ningún tipo de opresión al alma, sólo por el mero hecho de reír, digamos, áunque sea una vez en el último mes...En los tiempos que corren sin duda eso sería un logro.

A todos ellos, FELICIDADES, y a los que no luchad por que no se repita un mes sin risas auténticas.

Yo prometo seguir intentándolo...

2 comentarios

Carlitos -

Sí, cierto, hemos reído hasta el punto de olvidar el mundo. Y aunque empieza a sonar tan lejando que parece que nunca existió, esperemos que pronto se repita y con la misma intensidad...

Rebeca -

La risa es una ayuda perpétua a nuestra tristeza, a nuestra decadéncia en segun qué momentos, situaciones o pensamientos. Yo intento reir todo lo que puedo, aunque muchas veces no se nos permite como quisiéramos. Aun y así debemos intentarlo, como tú bien dices, luchar por reír hasta que las mandíbulas se nos duerman, los abdominales se nos marquen como si hubiésemos hecho 100 flexiones y los ojos nos lloren como si hubiesemos derramado mil lágrimas, pero esta vez de felicidad, de alegría, de bienestar inigualable.

Sonreir es un primer paso hacia la risa, un calentamiento prévio, que nos pone en situación, que nos predispone a derrochar carcajadas sin más en que pensar. Sin duda deberíamos reír más, no pensar en guardar la compostura cuando la gente que nos rodea y los acontecimientos que vivimos nos dan pié a soltar nuestra "melena" y a mostrar nuestra "dentadura". Intentadlo, vale la pena. Contigo incluso he llorado de tanto que hemos reído. Esos momentos quedan siempre grabados en nuestros pensamientos y nos ayudan a salir adelante cuando la tristeza puede parecer mayor que la alegría.

Yo seguiré sonriendo y riendo hasta que mi llama se apague. Espero que tu llama siga encendida muchos años, se que tu sonrisa da vitalidad a mucha gente.

Mil Besitos, peque