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Dreamer, el secreto de vivir soñando...

HuyendoTE de mi mente...

HuyendoTE de mi mente...

Allí, entre tantas manos amigas desconocidas, absorto por la confusión, con el vaivén del alcohol en mis venas y el desamparto de un corazón que no se encontraba, que no se quería encontrar entre esa multitud, mi mente decidió girar al ritmo del alcohol.

Absorto ante la inmensidad del oceáno, comprendí que aquellas manos, aquellos corazones, aquellas palabras y aquellos besos que me negaba a reconocer como míos, que me negaba a recibir, eran mi vida, mi presente, mi futuro. Lo quiera o no, era parte, o quizás la consecuencia de mi decisión.

Sólo, en el punto más álgido que llega a abarcar la palabra soledad, me dí cuenta de mi error. Supongo que ese día tenía que llegar, y en el ritmo vertiginoso de mi vida está claro que era inminente, y acelerado si cabe por la sensación de desamparo que el alcohol crea en nuestros corazones. Dónde puede abrir heridas difíciles de cicatrizar.

Hay cosas que caen por su propio peso, y en la batalla del orgullo y el corazón, el primero siempre tiene a favor el tiempo, que agota al segundo al ritmo de sus agujas.

Y así me encuentro hoy, cansado de quimeras, de sueños, de expectativas. Estoy orgulloso de mi trabajo, y bueno, aunque quizás mi vida no es como siempre fue o quise que fuera, creo que hay mucho bueno por descubrir en ella.

Tú me dices que no me cierre la puerta, que busque la llave y que deje entrar a la gente en mi corazón, con todas las consecuencias.

Supongo que tienes razón, como una vez te dije, no dejaba entrar nadie en mi corazón porqué este está totalmente copado, no cabe nadie más. Pero huele demasiado a pasado y a futuros inciertos, tan inciertos que casi rozan lo imposible. Y tú me conoces bien, por eso me pides que lo haga, porqué sabes que si lo logro ya no habrá más pasos hacia atrás.

Con lo cuál llega el momento de tender manos, izar banderas, crear puentes y abrir puertas, porqué no puedo seguir buscándome en tu mirada, porqué no la encuentro, porqué sin tu voz soy un ciego en un mundo con mucho por descubrir.

Echo de menos las promesas, las pruebas de amor, las miradas, el compartir. las reconciliaciones, el cortar un pastel en dos partes, el compartir una manta, un "te quiero", soñar con la aurora boreal, viajar por las cicatrices de los mapas, sentir que en ocasiones me odias pero que en realidad no puedes vivir sin mi...

Huyo de mi "yo", porqué el listón de la felicidad queda demasiado alto, y nada parece existir a su lado. Huyo porqué estás lágrimas que brotan tras estas letras tienen un dueño que no las reconoce. Huyo y quizás sea un viaje largo, muy largo, pero siempre mirando al horizonte y huyendo hacía adelante, hasta que mi corazón decida frenar. Punto y aparte.

Hagan juego señores...

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