El eco de los días...
Tengo la sensación de estar perdiendo el tiempo, de estar perdiéndolo todo de forma desmedida, que la vida se me va de las manos a un ritmo que no soy capaz de asimilar.
Es como si sostuviera entre mis manos una gran red y no sé cómo utilizarla para pescar lo que quiero. Para pescarlo y retenerlo. Porque muchas cosas caen en ella, pero todas tarde o temprano escapan por un agujero, o simplemente volteo la red para perderlas porqué no eran lo que yo estaba esperando.
Y vuelta a empezar, sabiendo que mucho de lo que pesqué no caerá en mi red por segunda vez, fue mi mejor "pesca" pero tampoco es lo que ahora quiero, y no tiene sitio en mi nueva vida. Y el agujero se agranda, se agranda... pronto tendré que dejar de pescar... o acabaré sosteniendo una red vacía...
Mientras agosto envía su eco para recordarme una y otra vez que pronto el mes se acaba, y con ello la distancia, los cambios, etc, aquí procuro agotar cada segundo de mi reloj de arena.
Estos últimos días he contado con un estupendo visitante con el cual he vuelto a algunos sitios que apenas recordaba, hemos reído con ocurrencias varias, hemos sentido cosas que creíamos perdidas en la distancia y lo mejor, una sensación muy agradable al compartir horas y horas seguidas. Hemos vuelto a esas conversaciones de siempre, dónde "siempre" era aquel día especial.
Una vez más vuelvo a coger mi maleta de los sueños con destino Barcelona, para vivir el tiempo suficiente que me desubique y me haga perder el equilibrio que me ha costado recobrar este mes y medio.
Nos vemos al otro lado del charco...
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