Reflexiona...
El tiempo se me escurre como el agua de las manos. Ha pasado otra semana más, y van tres.
El mundo sigue girando y aunque feliz, siento que me he bajado de él, un ritmo de vida frenético me invade y me hace vivir ajeno a todo cuanto me rodea, y eso no me gusta. Aunque por otra parte me da mucho tiempo para pensar, y reencontrarme una vez más creciendo en la soledad.
Pero esto suele pasar muy a menudo, se vive tanto y tan deprisa que se deja de vivir.
Os propongo una imagen: Una persona cualquiera, en medio de la multitud, refunfuña porqué no recuerda exactamente qué es lo que buscaba, qué es lo que quería hacer, hacía dónde enfocaba sus pasos o hacía quién. Camina y camina contracorriente un buen rato desorientado, haciendo ademanes con las manos y llegándose a enfadar consigo mismo por ser tan estúpido por no recordar adónde tenía que ir y lo que tenía que hacer.
Seguro que más de uno os identificais con esta escena, ¿verdad?. Cuando nos paramos, cuando detenemos nuestro rumbo prefijado de piloto automático que nos impone la rutina para parar a escucharnos un poco, nos desconectamos del entorno y potenciamos nuestras cualidades. Y, en consecuencia, somos más utiles para con nosotros mismos y con todo lo que nos rodea.
La reflexión es algo que, para ser algo genuínamente humano, no explotamos demasiado. Y es lamentable que en un mundo de prisas en el que al reloj le faltan horas, nos parezca que detenernos un momento es un lujo que no nos podemos permitir.
Por eso, aprovecho para lanzar un importante llamamiento de alerta: la reflexión está en peligro inminente de extinción, porqué sentimos que es una pérdida de tiempo el tener que pararnos a pensar nosotros mismos.
Eso con un poco de suerte, hay algunos peores que no lo consideran una pérdida de tiempo porqué ni siquiera se plantean el poder hacerlo. Han olvidado la importancia de mirar en su interior.
Como muestra un botón con este blog...
2 comentarios
Carlitos -
Rebeca -
Besitos, Rebeca