Ciudad de ensueño...
Todo pasaría como dicen esas metáforas usadas, bastaba con esperar uno o cientos de días para que la memoria aflojara la mordida. La ciudad estaba allí, sólo debía nombrársela o dibujarla en un papelito: los faroles tras la niebla, el río helado pasando debajo de los puentes. He aquí Montparnasse Sacre Coeur erigiéndose entre las calesitas que giran, las tiendas sucias y desordenadas llevándote a empujones, y será el invierno esta estación, en el metro una japonesa —delicadísima— llora sin un gesto, los labios definitivamente rojos se mojan entre los anuncios de esa otra estación, la que llega el metro atiborrado de postales, si nos hubiéramos perdido desde hace rato quedaría más que sombra, unos pocos grados con qué nombrar al frío. Abrimos este fondo largo cansancio de añorar esos puentes iluminados en la noche, ahora sé de las ciudades que se desean como a los amantes, estas latitudes que no logran vencer luz alguna. Me enamoré de ti a la vez que me desenamoraba. Volveré a ti, a tu vida, a tu magia, a tus calles. Probablemente solo, pero quizás me sirva para reencontrarme...
2 comentarios
Carlitos -
Rebeca -
Besos, Rebeca