Más maletas...
Me voy unos días a Sant Pol, vuelta a los momentos del pasado, a aquellas situaciones que ya unos años atrás nos hicieron sentirnos por momentos los reyes del mundo.
Voy con la intención de evadirme de mi propia mente, de disfrutar pensando lo menos posible, de evaluar (¿por qúe no...?), cuán queda de aquel niño que tanto rió a la sombra del famoso reloj.
Volvemos al Boramar, a las comidas caseras, los paseos por la playa, los partidos sin descanso, las risas, los metros de alcohol bajo la fortuna del dado, volvemos a Mallorca (sshhh, jejeje), a las nominaciones, volvemos a descubrirnos, mejor dicho, a reencontranos.
Aquí dejo mi corazón estos días, metido en un bote aislado de todo, pues está demasiado alterado para llevarlo conmigo y necesito separarlo de mi cabeza, porqué esta empieza a dar vueltas a más revoluciones de las que soy capaz de controlar.
En unas horas aprovecharé para cerrar los ojos, y sentir de nuevo el olor del mar que hace sólo un par de días que dejé atrás, escuchando el vaivén de las olas...
Dejo, éste mi rinconcito para casi tres semanas, para disfrutar de unos días perdido en las horas de un reloj que no las marca, en el pueblo dónde el tiempo no existe, a pesar de que el sol y con ello las risas, jamás llegan a ponerse.
No dejaré de vivir al máximo estos días, exprimiendo todo su jugo, con el único sonido de un oleaje en calma, y aquel que añada la noche, para bailar descalzo sobre la arena de la vida una y otra vez...
Ci vediamo...
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