El último beso...
Desfallecer, dejar de sentir, abandonar luchando, aplacar el dolor con hilos de una indiferencia que nunca podrá existir cuando se trate de sus ojos.
Y de repente despertar, y levantarte, y seguir luchando con los tritones que se anteponen a tu rumbo, y pensar que a pesar de tus sueños sigues en en el destierro, que nada ha cambiado.
Tengo el corazón obsoleto, hecho astillas de plastilina y en él no hay sitio para nadie más.
Soy tuyo. El terror me estremece, el amor me embriaga y quieto entre las sombras de la noche recibo el beso que mi pulso apaga...
"El labio descarnado"...
¿Quién dijo que todos los besos dejan buen sabor?
Un llanto infantil, seco y profundo, imparable. El niño acaba de perder su juguete favorito, aquel que le hacía sonreír. Debe seguir su
camino de adulto, mirar por él aunque sepa que difícilmente vivirá una situación de felicidad parecida a la compartida en los últimos días.
Su avión se cae con su corazón dentro, y una vez más toca respirar profundo y volver a comenzar.
Ando improvisando certidumbres siguiendo el principio de la inseguridad. Enraizado en el deshojar de unas rosas secas para sumar
sus pétalos a mis mejillas
Y acabar sonriendo con la última hoja...
Me quiere...
Sólo espero que el punto de fuga no me robe tu imagen llevándose mis recuerdos. Creí haberme hecho a la idea, pero ahora que ya hay fecha, sólo esta imagen en papel fotográfico será lo que me quede para poder
verte y no olvidarte.
El reloj intensifica su cuenta atrás. La sombra de su tic-tac no deja de planear sobre mi. Ya sólo me queda una vida para aprender a
vivir... sin ti. Y cuando aprenda a la vez crecerá mi vida, a la vez empezará a menguar.
No te vayas a olvidar... ya sabes... las llamadas, el destino, los recuerdos, las caricias, los besos; y los mapas para desandar el
camino.
No te olvides que desde aquí también te escribo, no te olvides...no me olvides...
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