Rompiendo lazos...
Fue una buena noche, en líneas generales y sin tener en cuenta las circunstancias fue una gran noche. Aunque no sé, la despedida fue un tanto fría, empezando por mi parte, supongo que uno va asumiendo el paso del tiempo y la arena que lapida todos los recuerdos.
Un día una gente es lo más importante para ti, y tras una despedida que tú enfrías con un irónico "hasta el año que viene" (y sin apenas inmutarte), entonces te das cuenta que quizás las cosas van cambiando, que nada es lo que era y que uno no debe resistirse al paso del tiempo. La vida separó nuestros caminos y todos asumimos sin luchar...
- Yo es que ya sabes que soy muy dejado...
- Yo es que ando muy ocupado...
- Yo es que nunca encuentro el momento...
Excusas, excusas, excusas...y empieza a ser demasiado tarde. No suelo ser de esa clase de personas que va asediando a la gente, tras ellos hasta que consigue el fín...Si no estais en mi carro os quedais abajo...
Pensando (quizás siempre pienso demasiado), caigo en la cuenta de que vivimos en continuo cambio. Unas veces cambiamos nosotros, aunque la esencia siempre permanezca, y otras en cambio, cambiamos en relación a los demás y viceversa. Es increible como unas personas con las que has compartido tantos momentos, intercambiando pensamientos, emociones, experiencias, y considerándolos una parte de tu vida, un trocito de ti, ahora se alejan...
Aunque sé que a todos nos pasa antes o después con determinados amigos, anoche sentí esa sensación de pérdida de algo que ha formado parte de una etapa de mi vida. Las risas, el baile, las conversaciones fueron las de siempre. Pero sentí los lazos rotos. El alejamiento quizás no sea tan extraño... pero me duele ver lo sencillo que es pasar de la amistad a ser unos conocidos que incluso utilizan la dejadez como excusa.
Y seguiré sorprendiéndome a medida que el círculo siga girando....
2 comentarios
Anónimo -
Ayer hubo millones de palabras bonitas, de recuerdos, de excusas empapeladas de dejadez y de amistades verdaderas incapaces de enviar un simple mensaje. Es demasiado sencillo así, y a mi me asusta la vulgaridad, me gusta la gente complicada, con inquietudes, que sabe lo que quiere y que lucha por las cosas. Y ayer descubrí muy poquito de todo eso.
Realmente como dice la famosa frase: "la verdadera soledad es estar rodeado de gente y aun así sentirse solo". Y así resumiría la noche de ayer, realmente sentí que esa no era ya mi gente, la gente que dejé hace un año atrás, el tiempo nos había distanciado demasiado, y las sonrisas no eran tan cálidas. No sé explicarlo, no es que no lo pasásemos bien, es que no había conexión, era todo como bajo un pequeño guiado previsualizado.
Sinceramente, me llena más un gesto tuyo a 3000km, ya sea una llamada o un simple sms, que una noche en la que después de disfrutar te vas con la sensación de vacío. Eso aún no me ha pasado contigo desde que te conozco, pues siempre has llenado mis días de ilusión y de magia, y eso es lo que no se puede comprar.
Despiértame el día en el que sientas que no puedes contar conmigo, porqué ese día me habré convertido en un poco "peor" persona. A mi contigo no creo que llegue ese día...
Un besazo mi princesa...
Rebeca -
Es duro de asimilar y, a la vez, fugaz pero real, muy real. Cuando conocemos a personas que posteriormente van caminando a lo largo de nuestros dias a nuestro lado pensamos que siempre seguiran ahí, dándonos ánimos como lo hicieron en su día, en "un día", concreto, importante en ese momento... pero no es así, ya que tarde o temprano, ya sea por la lejania física como espiritual, vamos dejando de lado aquello que formó parte de nuestro ayer, de nuestros sueños, nuestras ilusiones, nuestros buenos momentos, nuestra adolescencia, nuestro paso a la vida adulta. Hoy formamos parte importante del mundo adulto y nos damos cuenta que, como te pasó anoche a ti en esa cena, las despedidas con esas personas a las que considerábamos esenciales se hacen cada vez más superficiales, frías, distantes... y esta es la realidad del día a día. Por suerte hay gente con la que siempre podremos contar, tanto en los buenos momentos como en los malos, para echar unas risas o unos llantos, proclamar a los cuatro vientos que la amistad verdadera existe, por muy lejos que se encuentren las personas o por muchos obstáculos que debamos superar para permanecer en contacto. Solo debemos querer hacerlo, eso es lo primordial y, sin duda, lo más complicado pues no todo el mundo está dispuesto a hacer ese sacrifició... una llamada, un simple sms, una sonrisa, un guiño... hoy en día tenemos miles de medios de comunicación y expresión... ¿porqué se nos hace entonces tan cuesta arriba tener esos pequeños detalles?
Si hiciese una lista con la gente con la que siempre podré contar el nombre que la encabezaría seria el tuyo, Carlos.
Mil besos, mi niño