El que calla otorga...
No calles un te quiero por temor, por el qué dirán. Nunca ahogues un beso por pensar que no es oportuno, por sentir que no es el momento.
Grita y grítale cada día al viento lo que sientes y te devolverá la vida. Si amas, ama con toda tu alma, con fuerza y con valor.
No guardes una sola munición ni ahorres media caricia. Pues mañana, mañana quizás sea demasiado tarde. Mañana quizás se vaya aquello por lo que ahora respiras y que a la vez te roba el aliento. Mañana quizás no tenga sentido.
Y al descubrir que solo fue un reflejo, un simple recuerdo por soñar, desearás volver a gritar e incluso haberle gritado más fuerte.
Y en la distancia, los gritos se ahogan entre lágrimas...
0 comentarios